NUESTRA HISTORIA
MÁS DE 15 AÑOS DE SERVICIO
Pocos lugares brindan una experiencia que se queda grabada en la memoria. La atención, el ambiente y el sabor son los elementos clave, que de ser excelentes, se convierten en momentos a los que siempre se quiere regresar.
Un lugar que brinda este tipo de experiencias es El Tejado, creado a partir del sueño de un inmigrante que nunca pensó llegar tan lejos. Motivado, como muchos mexicanos, por ofrecer a su familia un futuro sólido y cómodo, se mudó al estado de California, en Estados Unidos, para dedicarse a una pasión escondida, pero que siempre estuvo latente: la cocina.
Tras una década de arduo trabajo, conquistó el arte culinario en un restaurante de mariscos. Durante estos años, iba y venía de México, cada vez con más logros, siempre con un espíritu incansable y objetivos fijos; metas que una vez alcanzadas, imponían nuevos caminos. Hasta que un día, su mundo cambió y decidió regresar a nuestro país para quedarse a disfrutar de su familia y de los frutos de su trabajo.
Era casi lógico el rumbo que tomaría su vida: dedicarse a la comida, a complacer a todo aquel que probara sus delicias. Sin pensarlo demasiado y casi motivados por el destino, él y su familia emprendieron un proyecto, que sin saberlo sería el más grande de sus vidas.
Al cabo de unos días después de su llegada, comenzaron la construcción del restaurante, ubicado desde entonces entre las calles Aztecas y Toltecas en Romita, Guanajuato. En aquella época el diseño del lugar planeado para contener 7 mesas y una pequeña cocina, era cubierto por tejas, todo el techo estaba pensado así. Con pocos establecimientos alrededor y una ciudad tan pequeña, la gente estaba al tanto de este nuevo proyecto, al principio preguntaban por su apertura y una vez abierto, los clientes mismos fueron los que lo bautizaron, refiriéndose a él como “El Tejado”. Tal vez esta sea una de las razones por las que El Tejado sea tan popular y querido por clientes de todo el estado de Guanajuato, Michoacán, Jalisco y por supuesto Romita; lo acogieron y han sido parte de su crecimiento a lo largo de más de15 años.
Desde el primer día, El Tejado ha mantenido abiertas las puertas, ofreciendo platillos que ya son clásicos entre los comensales. El sabor, la calidad de los alimentos y el servicio que brindan, se rigen hasta la fecha bajo los mismos conceptos: honestidad, pasión y constancia.
Con recetas familiares y aprendidas sobre la marcha, El Tejado es un lugar que tiene alma y una sazón de esas que pocas veces se prueban en la vida. Es un hecho, cuando alguien prueba alguna opción del menú por primera vez, descubre que regresar se convierte en un deseo inevitable.